Entrada destacada

Negros pétalos de terciopelo

Ella era una tranquila y limpia sala de espera, soleados días y horribles padres. Ella era una muñequita, un zafiro, una delicada rosa ...

miércoles, 27 de noviembre de 2013

El panteón de Belén. Un panteón romántico en Guadalajara

En Guadalajara, que es la sombría y decadente capital de Jalisco, se encuentra un recinto arquitectónico que ha sobrepasado las barreras del tiempo, un recinto impregnado de un romanticismo sepulcral, mostrando altivamente sus impresionantes mausoleos, testigos silenciosos de estilos y formas de épocas pasadas.

Abordando la calle Belén llegaremos a la antigua calle de las Catacumbas, hoy Eulogio Parra, que es por donde antiguamente arribaban las carrozas fúnebres, con un merodeo triste, lánguido, entonando un tenue réquiem por aquel difunto.

En el vetusto año de 1843 el Cementerio de Santa Paula ve la luz, por orden del obispo Diego Aranda y Carpinteiro, fusionando una amplia gama de estilos arquitectónicos, destacando al estilo neo-gótico como el más notable del recinto; su portada se enmarca con 3 chapiteles que ascienden casi al cielo mostrando en el friso, una alegoría en el que un arcángel anticuado abandona la urna de sus cenizas, acompañado de dos párvulos que lloran profusamente

El interior del camposanto se ve engalanado por dos imponentes columbarios que constan de 50 arcos fajones, integrados por sobrias columnas jónicas; ya se ve por aquí el gavetario; por allá la capilla de velación; más allá el sarcófago se erige como la obra maestra del conjunto, que fungió como rotonda de los Jaliscienses Ilustres, hasta el año de 1947, integrado por 3 escalinatas que aparentan ascender por las columnas de orden egipcio que en total son 16; las otras dos escalinatas nos llevan a la cripta o capilla subterránea que contiene 64 nichos.
En las cuatro dimensiones del mausoleo se presentan efigies que simbolizan a las plañideras, las cuales cumplen incondicionalmente su labor de sollozar y darle un toque más melancólico al recinto.

Continuando por los senderos lacrimosos del cementerio encontraremos monumentos como el mausoleo de la familia Cuervo, que fue construido nada más ni menos que por el arquitecto Jacobo Gálvez, autor del teatro degollado; un zócalo resguarda a los cuerpos de la familias, enmarcado por baldaquinos funerarios que delimitan al capitel ascendiendo en forma de cruz; rodeando cada fémur encontramos la figura de una calavera que parece ser la vigía estoica del oscuro mausoleo.

Un mausoleo más del antiquísimo cementerio se erige desde al año de 1855. Éste corresponde a la familia Luna Corcuera, al que también se le considera capilla de difuntos, por sus magnitudes. Su estilo es neo-gótico afrancesado, de una elegancia y solemnidad  profusas, decorado de figuras que representan la sabiduría y la muerte, esbelto con sus finas formas marmóreas que representan la culminación de la vida, con unas eternas vírgenes sollozantes que guiarán nuestro camino al destierro eterno.


Otros mausoleos se presentan en el recinto, ya unos albergando antiguos clérigos, ya otros albergando a revolucionarios; lo cierto es que éste cementerio es un enorme libro de piedra en el que apreciamos las épocas que vivió nuestro país, tales como la revolución, la guerra cristera, el afrancesamiento, entre otras etapas, que reflejándose en las tumbas, terminan por ser petrificadas historias ataviadas de grises relicarios decorados con itálicas letras, inertes elegías románticas.

Es en este campo santo, antes llamado Santa Paula, donde se alberga un semillero de leyendas concebidas en esta ciudad, narraciones que rayan en la mofa y lo trágico, con tintes melancólicos y tétricos, recinto que sirvió en sus comienzos como última morada para los tapatíos perseguidos por las epidemias; éste el antiguo patio de los pobres, hoy un espacio arquitectónico magnifico, un lugar que trascendió de ser un simple cementerio a ser un espacio cultural, al que algunos llaman la lápida de Guadalajara.


¡¡¡LARGA VIDA A NUESTRO PANTEÓN DE BELÉN!!!

Por Fernando Salas

No hay comentarios.:

Publicar un comentario