En la barra del bar,
se afina el repertorio.
Incisivas melodías
donde el bochorno no tiene lugar,
y a los corazones hace cirugías.
Entre el azar y el danzón,
los cuerpos empapados de sal
no cesan de bailar…
Sones trovas y guapangos
reviven con osadía
pasados recuerdos…
Un mal de amores,
un viejo soneto
de pasiones y rencores.
se afina el repertorio.
Incisivas melodías
donde el bochorno no tiene lugar,
y a los corazones hace cirugías.
Entre el azar y el danzón,
los cuerpos empapados de sal
no cesan de bailar…
Sones trovas y guapangos
reviven con osadía
pasados recuerdos…
Un mal de amores,
un viejo soneto
de pasiones y rencores.
Un rompecorazones,
una rosa entre sus dedos,
una dama hipnotizando
una rosa entre sus dedos,
una dama hipnotizando
con el vaivén de sus caderas,
meciéndose, seduciendo…
Al ritmo pasional del tumbao,
la rosa finamente, de repente.
Su melena adorno.
El rompecorazones así la enamoro…
Al sonar de la lira,
todo tema es libreto.
Aunque parezcan sin sentido,
del malestar es remedio.
Y de las penas llorando reímos.
A la luna ponemos velo,
cuando el horizonte
de fuego rojo pinta el cielo…
Cuando la pasión se viste de polizonte
y anhela la noche…
como la luz, el ciego.
Por Christian García.
meciéndose, seduciendo…
Al ritmo pasional del tumbao,
la rosa finamente, de repente.
Su melena adorno.
El rompecorazones así la enamoro…
Al sonar de la lira,
todo tema es libreto.
Aunque parezcan sin sentido,
del malestar es remedio.
Y de las penas llorando reímos.
A la luna ponemos velo,
cuando el horizonte
de fuego rojo pinta el cielo…
Cuando la pasión se viste de polizonte
y anhela la noche…
como la luz, el ciego.
Por Christian García.
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