Recuerda
afilar tu espada, desenvainar tu coraje…
y cuando llegue la hora de hacer el último viaje,
fusionarse con la tierra y ser un puñado más de arena.
Recuerda…
Que al morir como incansable guerrero,
después de estar inerte y sin vida, tendido en el suelo,
abrirás tus ojos de nuevo,
te tenderá la mano un amigo lejano;
abrazarás a tu madre de nuevo;
te estará esperando tu musa,
compañera de batallas; tu hermano.
Verás al libertario ondear firmemente su bandera blanca,
a un sonriente náufrago sin patria,
a una niña de tez morena
jugando felizmente en el valle de la esperanza,
me veras a mí,
a todos esos… que el destino los alcanzó,
pero ni el cansancio…
ni el hambre…
ni la injusticia…
los venció.
Por Christian García.
afilar tu espada, desenvainar tu coraje…
y cuando llegue la hora de hacer el último viaje,
fusionarse con la tierra y ser un puñado más de arena.
Recuerda…
Que al morir como incansable guerrero,
después de estar inerte y sin vida, tendido en el suelo,
abrirás tus ojos de nuevo,
te tenderá la mano un amigo lejano;
abrazarás a tu madre de nuevo;
te estará esperando tu musa,
compañera de batallas; tu hermano.
Verás al libertario ondear firmemente su bandera blanca,
a un sonriente náufrago sin patria,
a una niña de tez morena
jugando felizmente en el valle de la esperanza,
me veras a mí,
a todos esos… que el destino los alcanzó,
pero ni el cansancio…
ni el hambre…
ni la injusticia…
los venció.
Por Christian García.
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